¿Y POR QUÉ NO DONA SU SUELDITO?

Luis F. Linares López

En la presentación de resultados de la “Gran Cruzada Nacional por la Nutrición”, el presidente Giammattei sugirió que los guatemaltecos donemos los centavitos de los saldos de nuestras cuentas bancarias.  Más aún, con su peculiar y excedido estilo personalista no llama a que los donativos se hagan a una institución pública o privada.  Es a él, al hombre que personifica al Estado: “hacen una campaña de donarme los centavos para el Fondo de la Desnutrición” (Publinews 23/3/21).

Si fuera coherente entre lo que dice y hace, y quisiera dar un ejemplo a los guatemaltecos y y a los cooperantes que destinan recursos extraídos de sus ciudadanos para ayudar a países, podría dar un ejemplo de desprendimiento donando una parte de su jugoso y vergonzoso sueldito. 

Guatemala ocupa el primer lugar de América Latina y uno de los primeros siete del mundo con más elevado nivel de desnutrición crónica infantil, que en nuestro caso afecta a casi la mitad de los niños menores de cinco años. En muchos indicadores de desarrollo Guatemala se encuentra en los últimos lugares de América Latina y en muchos casos son similares a los países más pobres del África subsahariana, la región más pobre del mundo. 

Pero nos damos el grotesco lujo de tener el presidente mejor pagado de América Latina (https://www.bbc.com/mundo/noticias-40203272) y entre los primeros del mundo, con un salario anual de alrededor de US$232 mil.   Nuestro esforzado gobernante supera al presidente de Francia, que devenga el equivalente de US$211 mil anuales, en un país cuyo ingreso nacional bruto per cápita es de US$ 41,080 al año, casi 10 veces más que el de Guatemala (US$4,400), por lo que guardando las proporciones el presidente de Guatemala debiera ganar unos US$20,000 al año.  Reconociendo el enorme sacrificio que representa el ejercicio del cargo y para que no sufra las penas que soporta la gran mayoría de guatemaltecos, digamos que un salario más que decoroso sería de unos US$60,000 anuales, resultando un pago mensual de Q40,000, lo que no es poca cosa, tomando en cuenta que el Estado cubre todos sus gastos de casa, comida y movilización. 

Podría donar alrededor de Q1.4 millones de su sueldito, equivalente a los centavitos de los saldos de millón y medio de cuentahabientes.  ¿Estará bueno o no?, diría el inolvidable y legendario Abdón Rodríguez Zea.  Obviamente si eso pasara en el país de los sueños, que no repita la farsa del comediante Morales, quien afirmaba que donaba una parte del sueldito, pero el Ministerio de la Defensa le pagaba un bono extraordinario de seguridad y riesgo.  

Respecto a la Gran Cruzada, a principios de año fue removida la Secretaria de Seguridad Alimentaria y Nutricional, Licda. Maritza Oliva, una destacada y muy respetada profesional, reconocida como una autoridad en asuntos de seguridad alimentaria y nutrición, que daba lustre al Gobierno y generaba confianza entre todos sectores involucrados en la temática.  La sustituyó una ex integrante del equipo del ilegal e inútil Centro de Gobierno, que carece de sólida experiencia en la materia.  Así que seguramente, dentro de unos años, verificaremos otro fiasco, como el del Pacto Hambre Cero de Pérez Molina.