POR FAVOR, PÓNGANSE DE ACUERDO

Oscar Rivas Sánchez

Esto de la pandemia tiene al mundo muy descontrolado, descontrol que en nuestra tierra está llegando a extremos.

Tenemos claro que la enfermedad es desconocida y que entender su comportamiento llevará mucho tiempo de estudio e investigación, pero como es una emergencia que debe atenderse con prontitud, nuestras autoridades no saben que hacer y por ello han acudido a copiar algo hecho en el extranjero, a aplicar el sistema de “prueba y error” o también a tomar decisiones ocurrentes. El tema es difícil.

Pero lo que no se puede comprender son las contradicciones entre el jefe de estado y su ministra de salud. El presidente es el jefe del ejecutivo y se supone que con sus ministros forma un equipo de trabajo, es decir, que la sociedad tiene derecho a esperar que las decisiones se tomen en conjunto, que previamente sean platicadas y discutidas entre los responsables. Y no como lo vemos casi diariamente, que cada uno vaya por su lado. Los guatemaltecos tenemos derecho de saber a qué atenernos.

Es absurdo que por la mañana la ministra diga algo y que horas más tarde, el presidente, aprovechando uno de esos actos que casi solo sirven para hacer imagen, diga lo contrario. Los casos de las pruebas falsas, los índices de contagios, la ocupación en los hospitales, las disposiciones dirigidas a las actividades públicas, los procedimientos para la aplicación de las pocas vacunas que han llegado, la eficacia de las distintas vacunas, las actividades vacacionales y la posibilidad de aplicar medidas de prevención más drásticas, son claros ejemplos de lo expresado.

Señores presidente y ministra, eso es malo, habla mal de ustedes y del gobierno en general y es algo que pueden superar fácilmente. En una situación como la que vivimos, la relación entre ustedes debe ser muy cercana y permanente, pero si no se puede tanto, por lo menos se podrían hablar por teléfono una o dos veces diarias, compartir informaciones, ideas y posibles acciones, y no abrir la boca sino cuando ya estén de acuerdo. Es fácil.

Si lo anterior no es posible, entonces hay otras soluciones: si al jefe no le gusta el trabajo de la subalterna, ya sabe lo que tiene que hacer; y si la ministra ve que no le hacen caso o no le aceptan sus propuestas, también el expediente es muy fácil, como dice la voz popular, adiós y si té vi no té conozco.

Vinculado a lo anterior un recordatorio para que no crean que somos olvidadizos: ¿Como va la investigación de la compra y aplicación de pruebas falsas?, ¿Cómo va el caso del alcalde abusivo, pero vacunado?, ¿qué decisión tomaron respecto a los estudiantes vacunados ilegalmente?

Un ultimo consejo, terminen una fase de vacunación y luego empiecen la siguiente, no se enreden más de lo necesario. Que no vuelva a suceder lo del jueves y viernes santo, con los adultos mayores, que hicieron una larga fila, se asolearon y luego, solo para que les dijeran que todavía no.