NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA MIGRACIÓN

Editorial

Doloroso es ver a miles de hermanos hondureños, en un éxodo sin precedente, en busca de un mejor futuro a costa de todo, esto a consecuencia de un Gobierno corrupto, incapaz y cooptado por el narcotráfico que no les puede garantizar una vida digna para salir adelante.

La migración es un derecho y no debe ser reprimida por las fuerzas de seguridad. El Gobierno de Guatemala no debe criminalizar y violentar a los migrantes por su paso en el país, porque lo mismo han sufrido nuestros miles de connacionales que se encuentran en los Estados Unidos quienes con sus remesas han sacado a flote este país. Porque cuando se trata de remesas mandadas con ese sacrificio de la migración, hasta dicen que es un logro de Gobierno.

Guatemala y Honduras tienen en común varias cosas, entre ellas gobiernos que se han dedicado al saqueo de los recursos del Estado a través de la corrupción y la impunidad que impera en la región. Pero por si fuera poco también nos une la pobreza, el desempleo, la delincuencia y un mal más grave que es el narcotráfico.

Estas últimas condiciones nos hacen ser países expulsores de nuestros hermanos, de mujeres y hombres trabajadoras/es que buscan tener una oportunidad para sacar adelante a sus familias, oportunidad que les ha sido robada por esos mismos Gobiernos corruptos.

Los guatemaltecos debemos ser empáticos con los migrantes y brindarles ayuda, si es necesario comida o bebida para aminorar las penas que llevan sobre sus hombros.

Ahora que se cumple un año de Gobierno del presidente Alejandro Giammattei, no se puede ignorar la realidad que viven los guatemaltecos, hay nulos avances en temas tan importantes como la desnutrición y la pobreza, es urgente que se atiendan esos temas para evitar que miles de guatemaltecos sean expulsados de nuestro país, como está ocurriendo en Honduras.

Señor Presidente, es momento que tome las riendas del país como corresponde, deje de estar viendo una realidad que no existe, en la que solo usted y su círculo cercano ven que van por el buen camino.

Sabemos que no hay una varita mágica para solucionar los problemas históricos y que en un año tampoco se pueden resolver, pero si se logran crear las bases vamos a avanzar como país, creando un mejor futuro para nuestra población.

Es el momento de dejar de hacer negocios y enriquecerse con los recursos que deben servir para atender las necesidades más inmediatas de los guatemaltecos. Presidente, no sea “un mal hijo de la patria”, más bien sea un estadista y garantice mejores condiciones para los guatemaltecos.