MIGRAR ES UN DERECHO Y NUNCA SERÁ UN DELITO

Editorial

Lamentamos profundamente la muerte de más de 50 migrantes en su mayoría guatemaltecos en el accidente ocurrido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas México y expresamos nuestras muestras de condolencias a las familias que hoy sufren la ausencia de un ser querido, quienes buscaban nuevas oportunidades.

Este suceso y los vejámenes que a diario viven cientos de migrantes, es un llamado de atención a los Gobiernos y principalmente al Gobierno de Guatemala, para que busque la forma de llevar desarrollo y bienestar a las poblaciones, y evitar que siga esa expulsión de connacionales que solo buscan tener mejores condiciones de vida que por años la corrupción y la impunidad les ha robado.

Es de suma importancia que se busque inversión para traer consigo empleo y desarrollo a las comunidades, pero inversiones no corruptas o saqueadoras de los recursos naturales de nuestro país. Sino al contrario inversiones que generen empleos dignos y mejoras salariales que garanticen bienestar a quienes trabajarían en dichas empresas.

Migrar es un derecho de toda persona y lo podrán hacer libremente pero que no sea por las necesidades que ahora afrontan miles de guatemaltecos que no tienen ni para comer, que carecen de empleo y oportunidades para mantener a sus familias. La migración no debe ser criminalizada jamás, pero eso sí se debe castigar aquellos que lucran con la necesidad de la gente como los “coyotes” o tratantes de personas.

Es menester que los Gobiernos de México y Estados Unidos, volteen la mirada hacia al norte de Centroamérica y propongan planes reales con enfoque de Derechos Humanos para la atención de miles de migrantes y evitar de esa manera tragedias como las que hoy lamentamos y que enlutan a cientos de familias que vieron truncadas sus oportunidades de desarrollo en el norte.

Es igualmente urgente que el Ministerio de Relaciones Exteriores implemente políticas de atención a los migrantes más efectivas y eficaces, y no sean uno más de los verdugos que se encuentran a su paso. No permitan más expulsión de guatemaltecos, busquen oportunidades para inversión y desarrollo en el país.

Este Gobierno tiene la obligación de proteger a los migrantes y en especial a los niños, porque después no se vale que se jacte de las remesas que son en gran parte el sacrificio de miles de connacionales que quieren mejores condiciones de vida para sus familias.

Si por el camino nos encontramos a algún migrante no lo criminalicemos, más bien apoyémoslo, regalémosle cobijas y comida para que siga su camino, seamos solidarios con nuestros hermanos, seamos empáticos con los niños que van con ellos, no los rechacemos, brindémosle la mano, para que logren llegar a su destino.