LOS INVITO A QUE VEAN EL APOSTOLADO

Con gran expectativa fue estrenada, por la plataforma vimeo, la película El Apostolado, escrita y dirigida por el guatemalteco Juan Manuel Méndez.

Mendez también es conocido por dirigir el cortometraje Chapstick el cual es una adaptación del cuento del mismo nombre escrito por la narradora guatemalteca Denise Phé-Funchal. El corto tuvo un recorrido por varios Festivales de cortometrajes como el Latino Internacional en Nueva York, el Latino y Caribeño que se celebra en Finlandia, el Festival de Cortos Latinoamericanos de Berlín, el Festival de cortometrajes de Río de Janeiro, Brasil, además del Festival de cine en Cusco, Perú y por supuesto, el Festival de Cannes en Francia.

La historia de El Apostolado gira en torno a un sacerdote disidente que quiere ayudar a más personas sin importar la clase social a la que pertenezcan. Este apostolado que nuestro protagonista adopta es un acto subversivo.

Los personajes secundarios son personajes que de alguna u otra manera necesitan del perdón de Dios frente a los pecados que han cometido, unos más graves que otros, pero pecados al final. Durante su recorrido nos topamos con distintos personajes que buscan en el simple acto de compartir el pan, es decir almuerzos, cenas, y tentempiés, como una manera de asegurarse un aliado a un cura que intervenga por ellos cuando lleguen a las puertas celestiales.

Una de las líneas que me llamaron la atención es la lucha de poder entre las religiones. En Guatemala abundan las religiones organizadas que profesan los valores del evangelio de la prosperidad. Este evangelio afirma que dando diezmo se le proporcionará al feligrés, entre otras cosas, sanación espiritual, felicidad familiar y básicamente todo lo que pida hasta la multiplicación de su riqueza sin importar si roba, es corrupto o rico malhabido. “Dios solo te va a querer si sos próspero, dicen esos”, decía un maestro que tuve en la Universidad mientras lanzaba la carcajada al aire.

Este incorrecto uso de la religión ha servido como un acto destructivo por parte de estas organizaciones, que más parecen mafias, para hacer de menos a la competencia. Les ofende muchísimo que ofrezcan que la comunión con Dios sea gratuita. “Pide y se os dará pero antes paga el diezmo”, recalcan como infomercial. Da un poco de horror cómo estas organizaciones religiosas ganan más terreno en la política nacional. Son otro grupo de poder, como el militar, el narcotráfico, los políticos y los ricos todopoderosos. Buscan estar ahí para influir en decisiones que les impida a las autoridades revisarles los bolsillos para mantener el estatus de intocables y divinos.

Como ya lo mencioné una vez, Guatemala tiene una realidad disfuncional que enferma y cada golpe que recibimos de ella pone a prueba nuestro sistema de creencias y la relación con Dios.

Es difícil creer, mantener tu fe, entender y resignarse que al final son otros con el poder y la firma para borrar el futuro de generaciones de guatemaltecos que buscan una oportunidad de salir adelante. Para la clase política, otros fariseos, la utopía es crear una sociedad que se ahogue entre la desigualdad, la corrupción y el crimen para estar ellos en la cumbre. Esos mismos son los que después inventan la retórica religiosa de victimización, típica de los delincuentes, que hacen lo imposible para que la justicia no los alcance.

La película de Méndez es una lectura sobre la relación del guatemalteco y la religión en medio de una sociedad corrompida que busca taparle los oídos a Dios para sobrevivir y ser salvos.

Les recomiendo que la vean la analicen y la disfruten. Felicitaciones a Juan Manuel y espero que le vaya muy bien con El Apostolado a donde vaya.