LA NIÑEZ GUATEMALTECA MÁS VULNERABLE, SIN RESPALDO

Nineth Montenegro

El fracaso más grande del país se evidencia en las profundas carencias de los más vulnerables, especialmente la niñez, víctima en todos los ámbitos de su vida, pero sustancialmente en el aspecto esencial para su desarrollo integral, como la nutrición.

Una niñez desnutrida difícilmente podrá tener desarrollo normal en su vida adulta, si sobrevive. Al respecto, recientemente el Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SIINSAN), informó que se han detectado 19,516 casos de desnutrición aguda en niñez de 0 a 5 años; según dicha institución, representaría un 78% de aumento de casos con relación al mismo periodo en el año 2019, en donde hubo 10,913 casos.

Esta dramática situación se suma a que, por estas causas, en este año han fallecido 12 niños/as, y en el año 2019, fallecieron 29 niños/as.

Ya el año recién pasado, OACNUDH (Oficina de la Alta Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Guatemala) en su informe del año 2019 reportaba un aumento de 22% los niveles de desnutrición aguda en niñez de las mismas edades con relación al año 2018, y según la Alta Comisionada, la niñez afectada en 2019 fue de 15,322, reportando por esta causa la muerte de 77 niños/as, y haciendo hincapié en torno a que esto ocurre pese a que se han dado aumentos presupuestarios para la lucha contra este terrible flagelo.

En efecto, ha habido aumentos presupuestarios en diferentes instituciones del Estado para la lucha contra la desnutrición, pero con una baja capacidad para ejecutar; por ejemplo: Ministerio de Salud en el año 2018, en la dotación de suplementos de micronutrientes a menores de 5 años de edad, le disminuyeron el 44% del presupuesto, la cual no se supo a donde se trasladó, y de lo restante, es decir, Q99 millones, ejecutaron el 50%.

Teniendo una asignación vigente de Q872 millones para la lucha contra la desnutrición, solo ejecutaron 63%.

A finales del año 2019, se le recorta al programa Prevención de la Mortalidad de la Niñez y Desnutrición Crónica Q168 millones. Ese mismo año, el bono salud terminó con una ejecución de 37%.

A inicios del año 2020, se produce un recorte al programa Prevención de la Mortalidad de la Niñez y de la Desnutrición Crónica por Q130 millones. En torno a los préstamos, algunos ejemplos de la pésima ejecución o desvíos a otros temas que nada tiene que ver con la lucha contra la desnutrición.

El préstamo realizado por el BIRF en el año 2018, denominado Políticas de Desarrollo para la Mejora de la Gobernanza de los Recursos Públicos y Nutrición por Q582.5 millones, realizado para que varias instituciones lo ejecutaran, entre ellas: FODES con Q83.5 millones, a diciembre de 2018 ejecutó el 31%, y desvió en el año 2019 lo no ejecutado para comprar varios enseres (láminas sobrevaloradas, etc.), los cuales según varias denuncias se utilizaron para entregar a la campaña electoral a determinados candidatos a cargos de elección popular. Por otro lado, el Ministerio de Salud obtuvo de este préstamo 69 millones, ejecutando apenas 0.75%.

El préstamo Crecer Sano fue contratado con el Banco Mundial (BM) por US$100 millones, que es un proyecto de salud y nutrición en Guatemala, entre sus objetivos está el aumento de los servicios básicos de salud, nutrición, agua y saneamiento. El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) es la entidad ejecutora para implementar el proyecto, en coordinación con el MIDES y la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN). Fue suscrito en mayo 2019 y devengó gastos por Q2.13 millones para pago del personal de la unidad ejecutora, pese a que fue suscrito hace ya más de un año solo a erogado recursos para gastos de funcionamiento.

Estos pocos ejemplos nos develan la falta de voluntad de los diferentes gobiernos para abordar con la seriedad que el caso amerita el grave problema de la desnutrición crónica y aguda. Vemos que no es por falta de recursos, que es lo más indignante, más bien ha sido la no ejecución o el desvió del dinero a otras fuentes. Este es un crimen de profundas consecuencias que está cercenando la vida de miles de niños y niñas, sin que por ello haya consecuencias para quienes han abusado o sido ineficientes.