EL ESTADO NECESARIO

Luis F. Linares López

Augurándole una larga y fructífera vida a EPICENTRO GT, agradezco la amable y honrosa invitación de nuestro estimado amigo Eder Juárez, Editor- Jefe de Redacción, para colaborar con este medio con una columna de opinión. También saludamos a sus lectores, esperando que el contenido de este nuevo medio contribuya a un mejor conocimiento del contexto nacional e internacional.  Y al debate informado sobre las soluciones que demanda la realidad de nuestro país.

Realidad que la crisis del COVID-19 pone al desnudo de manera dramática. Guatemala ya comenzó a sufrir con mayor severidad el embate de la pandemia.  Con una población prácticamente desamparada, en cuanto a servicios de salud y alivio a las penurias económicas provocadas por el confinamiento.   Ahora se cae en la cuenta, con excepción de los más fanáticos partidarios del capitalismo salvaje, de la necesidad de un Estado con capacidad para prestar servicios esenciales de calidad para toda la población y de protegerla, especialmente en un país con la mitad de población en situación de pobreza, ante eventos como esta crisis.

Hay una vieja discusión sobre el tamaño del Estado.  Del lado del pensamiento neoliberal y de la derecha política se requiere un Estado mínimo. Porque el Estado grande es el causante de todos los problemas.  Del otro lado se plantea el Estado que interviene en todo, que ahoga la iniciativa de las personas.  Como todo en la vida, los extremos son los malos.  Siempre he creído que debemos ponernos de acuerdo en el Estado necesario. 

Si vemos cuáles son los países con mejor calidad de vida del mundo, estos son los europeos, especialmente los escandinavos, Japón, Australia, Nueva Zelanda.  En todos ellos el papel del Estado fue y es fundamental para garantizar esa calidad de vida.  Para  ello requiere recursos.  Guatemala es el país de América Latina con menor capacidad fiscal, con alrededor del 13 % del PIB, en tanto que la mediana de América Latina, datos de 2016 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es de 30 % y en la Unión Europea del 48 %.

Por supuesto que la capacidad fiscal, por sí sola, no es suficiente. Honduras compite con Guatemala en indicadores de calidad de vida.  Su capacidad fiscal es de alrededor del 28 % Costa Rica con el 20 %, es uno de los países de América Latina con mayor nivel de desarrollo humano.  Parte de la explicación sobre el mal desempeño de Honduras se encuentra en la elevada corrupción y la baja calidad de sus instituciones, incluyendo sus partidos políticos, lo que también existe en Guatemala. Por  ello es condición previa erradicar la corrupción y mejorar las instituciones, con burocracia de carrera y garantía de estabilidad. Pero sobre todo, porque es la fuente de los males anteriores, políticos con vocación de servicio.  No con afán de latrocinio.

En Costa Rica el primer caso de COVID-19 fue registrado el 6 de marzo y en Guatemala el 13.  El 28 de mayo ese país reporta 1,022 casos  y 10 fallecidos, y Guatemala 4,348 y 89 fallecidos.  En Costa Rica el 73 % del gasto en salud corresponde al Estado, en especial a la Caja Costarricense del Seguro Social,  y el 27 % viene del bolsillo de la gente.  En Guatemala el 38 % del Estado y el 62 % del bolsillo. ¿Podrá negar alguien que hay relación entre gasto y resultados?