DE REGRESO A LA ESCUELA

Nineth Montenegro

Se ha inaugurado el ciclo escolar 2021 a partir del lunes 22 de febrero. El modelo según se anunció será mixto, es decir, por lo menos dos veces por semana presencial y el resto virtual o la modalidad que se pueda aplicar dada la ausencia de tecnología de punta.

Dependiendo del color de alerta serán las clases presenciales, es decir, que donde hay semáforo rojo se tendrán que idear otras modalidades. Lo positivo es que estén o no los alumnos, los profesores tendrán que permanecer en sus aulas para aclarar dudas a sus alumnos.

Otro tema positivo, si es que se concretiza, es que a través de la televisión se transmitirán en horarios específicos los contenidos educativos para preprimaria, primaria y extraescolar.

Ahora bien, veamos cuales son las condiciones en las que los alumnos retornan con este modelo híbrido: En el Departamento de Quiché, en el municipio de Ixcán, la Escuela Oficial Rural Mixta ubicada en la aldea Armenia, cuenta con solo 8 escritorios y en total deterioro sin espacio para distanciamiento social, en la comunidad Guadalupe I, hubo que suspender clases porque la galera que usaban, luego de 22 años no resistió los embates del Eta y el Iota.

En San Marcos, en el municipio de Comitancillo, la escuela tiene suelo de tierra, no hay energía eléctrica, no cuenta con escritorios, sumado a que el espacio físico donde funciona este centro educativo, es una casa particular cuyas láminas están en completo deterioro.

Aún en Quetzaltenango, cabecera, ensayan comenzar a dar clases con una plataforma virtual, denominada classroom, pues aún no tienen seguridad si se comenzarán con clases presenciales, están consultando a los alumnos y padres de familias si tienen acceso a internet y otros instrumentos necesarios para poder impulsar esta modalidad; y es muy seguro que en la ciudad capital esté ocurriendo algo similar.

Con unos pocos ejemplos de muchos, se hace más que obvio el profundo rezago educativo del país que evidencia la inequidad que existe en Guatemala, en donde es el más pobre el que ve limitadas profundamente las posibilidades de acceso a una educación digna. Si bien se reconoce un presupuesto de más de Q17 mil millones también se ha dicho claramente que el 80% del mismo es para funcionamiento, lo cual refleja muy contundentemente la total falta de inversión social educativa, tanto en infraestructura elemental, y hasta carencias de energía eléctrica y agua.

Es muy importante que haya empeño en la reactivación económica y las reformas económicas para ello, porque genera empleo y dinamiza al país, también es indispensable ponerle el mismo tesón a el recurso humano que tenemos, para que se desarrolle y puedan estar a la altura de las nuevas demandas educativas y de emprendimiento. Sin recurso humano calificado, cualquier empeño por la reactivación económica será insuficiente, porque es el motor que le da el impulso al desarrollo del país.

Imaginen el futuro de un niño o niña que, para llegar a la escuela debe caminar varios kilómetros no asfaltados y luego encontrar que o está de pie, o lleva su block para sentarse. Jamás podrá figurarse usar tecnología porque no hay luz y tampoco agua. Esa es la otra Guatemala que hoy se rebela con justa razón y exige cuentas claras y acceso a oportunidades en condiciones de igualdad.