CELEBRACIÓN DEL DÍA DE LA NIÑEZ

Nineth Montenegro

El 1 de octubre de cada año se celebra en Guatemala el día de la niñez, esta recomendación fue hecha por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1954. El objetivo fue “destinar un día a fomentar la fraternidad entre los niños y niñas del mundo, y promover su bienestar” cada país desde ese año escogió una fecha. Guatemala definió el día 1 de octubre.

Así que cada año, en esta fecha se destina a reivindicar los derechos de la niñez guatemalteca, a la educación, salud, nutrición, vivienda digna, y una vida libre de violencia entre otros derechos fundamentales, y digo reivindicar porque en ese sentido más que celebrar, el país tiene una deuda social con la niñez, que es histórica por parte de todos los gobiernos. La niñez explotada y sin oportunidades la vemos diariamente en la calle, pero quizá cuando se refleja como nunca, es cuando niñas y niños salen del país rumbo a Estados Unidos en caravana.

Y es que el sufrimiento de la niñez va desde pequeños trabajando para aportar al hogar en lugar de estudiar o aquellos que al nacer son abandonados en la calle. El caso de las niñas que quedan embarazadas producto de la violencia sexual, muchas veces ejercida dentro del propio hogar, es un ejemplo dramático de la total descomposición social que marca a temprana edad a criaturas a ser niñas cuidando niños. Es impactante este hecho, tanto que, en solo 5 meses de este año (de enero a mayo) el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social documento 1 mil 962 embarazos en niñas, cuyas edades oscilan entre 10 y 14 años de edad.

Por otro lado, según datos de UNICEF hay en el país 2.7 millones niños y niñas de 0 a 6 años de edad y la desnutrición crónica afecta al 50% de niñez menor de cinco años. El censo 2018 reporta que hay 33.4% de niñas y niños entre 0 a 14 años. Muchos de ellos no terminan la educación primaria. Además 1.8 millones de niños en la etapa de primera infancia viven en pobreza, y 800 mil en extrema pobreza.

Las cifras enunciadas parecen solo números fríos, pero detrás de cada dato, hay niñez que no tiene infancia, son víctimas de un sistema desigual, que desde que nacen los condena a sobrevivir en condiciones que marcaran para siempre su vida adulta de carencias en todos los sentidos.

Para que quienes son el presente del país tengan un futuro, hago un llamado a las autoridades que dirigen el país a incluir en la agenda de prioridades, políticas públicas destinadas a invertir en la niñez para no seguir castigando a toda una generación a reproducir el circulo de la pobreza y el subdesarrollo.