Desde hace dos años se celebra el Día Internacional de la Educación. En efecto, el día 3 de diciembre de 2018, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 24 de enero como Día Internacional de la Educación.
El objetivo de esta evocación, es claramente resaltar la importancia que tiene la educación en la vida de todas las personas para transformarla cualitativamente, especialmente en el caso de la niñez y la adolescencia para su progreso. Sin una educación de calidad y de oportunidades de aprendizaje, los países, especialmente aquellos en vías de desarrollo, no alcanzarán erradicar el curso de la pobreza que deja por fuera del sistema educativo cada año a millones de niños, jóvenes y adultos. Principalmente, son las niñas y adolescentes quienes más sufren esta expulsión.
En Guatemala, según el propio MINEDUC, más de la mitad de los jóvenes no acude al nivel básico y las cifras de quienes asisten a diversificado es aún menor, esto se debe a la poca inversión en secundaria y diversificada por parte del Estado, quien orilla a privatizar estos dos últimos niveles.
Esto ocurre a pesar de un presupuesto educativo de 19.3% aproximadamente, Q17 mil 772 millones, pero el gasto en salarios ocupa una mayor proporción del mismo (80%). No obstante, cuando se han hecho pruebas a los educandos, las mayores debilidades se han encontrado en matemáticas y lectura. Esto podría significar que no hay calidad en la educación y que se ha obviado el mérito, que afecta a la niñez y juventud por el pobre aprendizaje.
Si la educación es la llave para erradicar la pobreza y construir sociedades más equitativas ello implica que cada 24 de enero no debiera ser una simple celebración, debe ser la reivindicación de una educación universal, de calidad y cuyos mentores ingresen al servicio educativo por méritos.
Este día debe ser fecha clave para revisar las metas del milenio, readecuar e invertir más que solo gastar. El COVID-19, dejó al desnudo la crisis y colapso del sistema educativo y de salud, especialmente. Nos demostró que urge un nuevo modelo educativo en donde el uso de la tecnología es una herramienta de primer orden. También nos enseñó que si existe el profesor abnegado que con ingenio llegó a la casa de sus alumnos y ante la falta de tecnología buscó alternativas creativas que dejaron enseñanza.
Para este 2021, de acuerdo con la ONU, el emblema del Día Internacional de la Educación se priorizará en la recuperación y la revitalización para una generación entera que se ha visto afectada, al respecto dicen: “Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19 que ha afectado al mundo entero, la educación ha sido uno de los aspectos más afectados, ya que millones de niños no han podido ir a la escuela, y ha supuesto la falta de escolarización para niños y niñas más vulnerables, sobre todo en los países pobres y con falta de recursos. Aunque se han hecho verdaderos esfuerzos por la educación, en muchos países ha sido imposible una educación de calidad a distancia.”.
Es de esperar que el Estado de Guatemala, por medio del MINEDUC, nos presente alternativas para recuperar parte de lo perdido en materia educativa.
Basta recordar que existe telesecundaria, que sería, entre otras, una herramienta a usar. Hoy día es poco utilizada, pese al número de jóvenes y adolescentes que pudieran, en este programa casi en desuso, encontrar una alternativa para continuar su aprendizaje.
